El mundo al revés o la locura de los hombres

individual de
javier ruzo

Curaduría: Gustavo Buntinx
Espacio Venancio Shinki
Del 12 de enero al 19 de febrero del 2022

Los dioses han castigado la arrogancia de los hombres concediéndoles sus deseos más radicales, para luego arrojarnos al entrevero abismal de los sentidos —y del sentido mismo— que hace de nuestra era acaso el momento terminal de la condición humana.

 

Los signos relucen flagrantes por doquier, pero pasan desapercibidos ante la gran ceguera que nos abruma, de la que, sin embargo, se escabulle algún arte —visionario— para ofrecernos atisbos de la demencia generalizada de los tiempos. 

El título de la exposición  es casi profético: Javier Ruzo nos confronta con el precipitado de las ilusiones de su propia producción anterior, aferrada hace dos décadas a las promesas cósmicas del saber místico o esotérico. Impresionantes manifestaciones pictóricas que ahora se ven desafiadas por reelaboraciones enteramente gráficas de las estampas «jocoserias» asociadas al repertorio popular de la inversión simétrica del orden dado. Un género renacentista que se nutre, sin embargo, de arquetipos sumergidos en lo profundo de la psique colectiva. Y adquiere renovados sentidos en el disparate histórico que pareciera definir la actualidad peruviana.  

 

En nuestro país, quisiera decirnos Javier Ruzo, el Gran Teatro del Mundo es el del absurdo. Y el sueño de la razón produce monstruos. 

 

Lo que en la exposición sin embargo prevalece, en términos artísticos, es no uno sino varios contrapuntos. Políticos, poéticos, conceptuales, técnicos. Todos dominados por cierta emoción de catástrofe. Pero también, tal vez, ojalá, de Esperanza: atención, en estos tiempos aún pandémicos, a ese grabado singular en que es el hombre quien hace suya la guadaña.  

 

Para darle muerte a la Muerte misma. 

 

Así sea. 

Javier Ruzo Ocampo (Lima, 1958)

Artista plástico con estudios en Europa y posgrado en el Boston College of Art. Expone desde 1981 y tiene a su haber veintiuna muestras individuales y más de ciento treinta colectivas en quince diferentes países. Ha sido premiado en la Bienal de Cuenca de 1997 y, además, ha obtenido varias residencias y becas de arte. Su obra se exhibe en más de una docena de museos y colecciones alrededor del mundo. Su quehacer creativo también incluye fotografía, grabado, litografía, papel a mano. Ha publicado libros de poesía y gastronomía.