En el trabajo de Pablo Linsambarth (Chile, 1989) se suelen ver escenificadas situaciones vividas e imaginadas. Sus pinturas congregan individuos cotidianos y cuestionables, para quienes basta el delineado en negro para asumir sus historias.
En esta exposición individual de Pablo, nos toparemos con sus propios amigos jugando al pool, también con el fantasma de Héctor Lavoe, con algunos bonaerenses lavando su ropa entre besos para bancar la espera, con caballos en el país más largo del mundo, con bañistas veraniegos y con la dama de la jungla. A ellos se le suma el retrato de la familia nuevorrica, el desnudo artístico y el puritanismo heredado, con algunas cosquillas a soledades, exilios, cuerpos racializados y la adultez banalizada. Este “roster de rostros” se presenta teatral e intencional, como cuando en la época, recuerda Pablo, “la gente iba preparada para esa fotografía y se contaba hasta tres”.
Daniel H. Rey
Curaduría